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sábado, 21 de marzo de 2009

Rumorología en el trabajo

Por Jesús Martínez

En todas las Organizaciones existen dos tipos de comunicación, la formal y la informal. Ambas son igualmente importantes y trascendentes para que la transmisión de información dentro de la organización sea eficaz, y esta eficacia depende de la elección del canal de transmisión adecuado y de un uso correcto. Por ejemplo, ¿no es más efectivo solucionar un problema con un compañero de otro departamento cara a cara que vía telefónica?

Dentro de las empresas la comunicación informal tiene especial atracción y se practica con frecuencia, posiblemente por el efecto de cohesión grupal que genera entre las personas, fortaleciendo la cultura existente en la Organización. Además, se trata de otro cauce de transmisión de información que sirve de apoyo para la generada desde los cauces formales, incrementando la rapidez de su transmisión.

Sin embargo, su principal inconveniente es que interpreta y reinterpreta la información "oficial" pero también inventa nueva información "no oficial", dando lugar a un conocimiento erróneo o ficticio sobre temas que afectan a la Empresa o a su plantilla con consecuencias nefastas para todos, si no se manejan y atajan convenientemente.

Por ejemplo, supongamos que la Dirección General de nuestra Empresa nos comunica que el próximo año va a cambiar la ubicación de la empresa a otra localidad cercana, pero no explica los motivos u objetivos que persigue con este cambio, ¿qué puede ocurrir? Pues que las personas afectadas por esta decisión comiencen a elucubrar y a generar rumores acerca de los motivos de tal cambio ("van a despedir a parte de la plantilla", "quieren reducir", "habrá un cambio en los puestos directivos".).

El mismo efecto se genera por la incorrecta utilización de los canales formales de comunicación bien por no emplearlos, bien por saltarse intermediarios en la cadena de transmisión, provocando de nuevo rumores con gran facilidad.

Por otro lado, la falta de confianza y entendimiento entre las personas, ya sea dentro de un mismo nivel jerárquico como entre niveles diferentes, genera un clima muy favorable para la creación y difusión de rumores.

¿Qué hacer en estos casos? Lo más conveniente es, precisamente, emplear una comunicación clara y directa a través del canal debido, ya sea formal o informal. Si se transmite toda la información que hay que transmitir, a quien o quienes hay que trasmitirla, de la forma correcta y en el momento y lugar oportunos, se fomenta el entendimiento y se genera una mayor confianza los unos en los otros, lo que al mismo tiempo estimula el seguir empleando una comunicación con estas características.

El principal peligro de los rumores se halla en el denominado "efecto bola de nieve" dada la gran rapidez con la que se transmiten y el gran número de personas entre las que se difunden. Llama la atención cómo a pesar de que se van distorsionando y alejando cada vez más de la información inicial, sea ésta cierta o no, se les otorga una gran credibilidad, siendo muy pocas las personas que los ponen en duda.

En ocasiones los rumores surgen de manera intencionada al ser generados para conseguir un determinado objetivo fruto de una política o actuaciones poco éticas y profesionales, como desprestigiar a la competencia, a un compañero, etc., y que no harán sino desacreditar a la propia Empresa o persona que los difunde, una vez descubierto el origen del rumor.

Las consecuencias de este tipo de actos pueden ser absolutamente perjudiciales en la Organización dado que:

      • Se fomentan las malas relaciones entre personas o grupos, desmotivando al personal en el desempeño de su trabajo.
      • Empeora el clima laboral, aumentando la rotación del personal, avivando la rumorología.
      • Desciende la productividad y eficiencia del personal ya que estos dedican parte de su tiempo a comentar los rumores participando en su expansión y pudiendo incluso exponerse a situaciones peligrosas al distraerse (en el caso de que el ejercicio de sus funciones implique riesgos laborales significativos).
      • La imagen externa de la empresa empeora considerablemente (sean o no ciertos los rumores existentes), provocando la fuga de clientes, siendo más difícil captar nuevo personal y nuevos clientes etc.

Pero. ¿cómo conseguir que los efectos sean los contrarios? Para ello hay que establecer una comunicación formal, lo más fluida y clara posible, potenciando su correcto entendimiento en la Organización, estableciendo vías de acceso y transmitiendo una información que contemple la una información fidedigna al alcance de todos y cada uno de los implicados.

De este modo, además de lograr unos efectos positivos, se previene la aparición de nuevos rumores y se afrontan los existentes, que en caso de existir, requieren de un gran esfuerzo por nuestra parte para aclarar las circunstancias en que se han producido e investigar las causas que los hayan originado.

Los frutos de dicho esfuerzo se recogen viendo que situaciones similares dejan de producirse y que se potencia la comunicación y el diálogo en sus distintas variantes dentro de la Organización para beneficio de todos.

FUENTE

http://www.arearh.com/


ERES UN BUEN PROFESIONAL, COMPAÑERO DE TRABAJO?




Buen tema, no agradable cuando involucra a quienes comparten gran cantidad de tiempo contigo durante años, y que sabes que seguirán a tu lado por otros más.

¿Enfermedad?, ¿Aburrimiento? ¿Sentimiento de inferioridad?,¿Habilidad?, ¿Maldad? todos, estos adjetivos y algunos que dejaré en reserva ya que son dignos de un análisis más profundo, pasan por mi mente, cuando llega a mis oídos las palabras, RUMOR, CHISME, CAHUÍN...

Lo preocupante o divertido, es que cuando el lugar de trabajo es el foco de inicio de rumores, tan básicos en ocasiones y tan malintencionados en otros, aparecen los nombres de siempre, las caras de siempre y los temas de siempre.

Es por esto que se hace necesario profundizar y reflexionar frente a esta problematica laboral, así como lo es el ausentismo laboral , el stress,etc.

Compartiré con ustedes algo de lo que he encontrado en mis horas de ratón de biblioteca,hagamos de este mal hábito, algo productivo, que nos haga mejores personas y profesionales.

EL RUMOR EN EL TRABAJO


Los rumores obligan a extremar las precauciones cuando el ámbito del comentario es el puesto de trabajo. Los cotilleos no sólo pueden disminuir la motivación sino que puede desacreditar tanto al personal como a la empresa en sí.


La mayor parte de este tipo de comentarios tienen su origen en una base cierta. El problema es que con el boca a boca la noticia final está, en muchas ocasiones, lejos de la realidad. Algunos pueden llegar a provocar consecuencias muy desagradables.


Por qué gusta el rumor

Bajo el supuesto interés de recomponer la verdad, la causa fundamental por la que los individuos se sienten atraídos por la rumorología es la posición de protagonismo que implica para el que los difunde. Saber algo que los demás desconocen permite demostrar que el que lo propaga se encuentra en una posición privilegiada con respecto a los demás.

Además es una forma de llamar la atención, de sentir que los demás tienen en cuenta a uno a la hora de elaborar sus informaciones. Además esta actitud ayuda a crear unas relaciones con el grupo supuestamente más estrechas. Esto cobra importancia en el lugar de trabajo ya que en muchos casos los cotilleos están relacionados con el deseo de un mayor éxito profesional.


Orígenes de los rumores

Los motivos por los que se llegan a producir los rumores en el puesto de trabajo pueden ser muy diversos. A continuación se citan las causas por las que se producen muchos de ellos.

* Falta de entendimiento: Cuando en el equipo de trabajo, las relaciones que se establecen en él no están basadas en la confianza y en la búsqueda de unos objetivos comunes pueden dar lugar a que surja el descontento y el secretismo. Esta situación es un caldo de cultivo estupendo para posibles rumores.


* Desacreditar al compañero: ¿Sabes que hay un lío de faldas en la oficina?. Muchos de los comentarios que surgen tienen su origen en las relaciones personales con los empleados. Estos no suelen ir más allá del simple chismorreo, aunque hay ocasiones en las que las víctimas reiteradas pueden llegar a perder motivación y confianza en sí mismos.


* Rumores intencionados: Tanto dentro de la empresa como en el ámbito empresarial en general, existen un gran numero de chismes creados con una finalidad intencionada. En muchas ocasiones se utilizan como método para sondear las reacciones que producen y, en función de ellas, tomar las decisiones definitivas. Por ejemplo para conocer la opinión de la plantilla sobre un posible ascenso.


* También se suelen utilizar como forma de competir con otras empresas. En muchas ocasiones, hay compañías que se dedican a extender bulos sobre posibles fusiones, cambios de gerencia o, incluso, la posible peligrosidad de productos de la competencia. La intención es mejorar la imagen pública de una entidad en detrimento de las demás.


Cómo evitarlos

La mejor forma de evitar el cotilleo en el lugar de trabajo es potenciando el entendimiento y la información entre los miembros del grupo. Es necesaria que la relación sea lo más estrecha y transparente posible para que dichos comentarios sean rápidamente solucionados. Aunque también hay que tener cuidado con esto ya que puede dar lugar a que surjan comentarios personales, algunos muy desagradable.

En el caso de que la existencia de chismes personales sea la tónica general. Hay que enfrentarse cara a cara con el que los difunde. Incluso si la intención de estos es la de desprestigiar a uno, lo mejor es ponerlo en conocimiento de un superior para que sea él el que establezca las medidas oportunas para solucionarlo.


El Crecimiento y el Desarrollo El Niño que Muerde



Los niños que muerden a otros generan una gran inquietud en sus padres. Además, los padres del niño que es mordido generalmente se preocupan acerca de una posible infección. Por lo tanto, el hábito de morder es un comportamiento inaceptable que debe corregirse durante la niñez para evitar que se repita.

¿Por qué los niños pequeños muerden?

Si bien el hábito de morder es bastante común en los niños pequeños, resulta a menudo inquietante para los adultos. Un miembro de la familia, un compañero de juegos o de clase en la guardería o el preescolar puede resultar mordido. Morder a otro niño no sólo puede causar dolor y temor sino que también perturba a los otros niños y a menudo enfurece a los maestros y demás adultos.

El hábito de morder normalmente se origina por uno de cuatro factores diferentes, entre los que se incluyen los siguientes:

  • experimentación
    Los bebés y los niños pequeños muerden para experimentar y explorar el mundo que los rodea. Se llevan todo tipo de objetos a la boca y a veces los muerden. Usted puede contribuir a erradicar esta mala costumbre diciéndoles: "¡No, morder duele!" y manteniéndose firme. También ofrézcales cosas que puedan morder de modo seguro como por ejemplo, anillos para la dentición.

  • frustración
    Un niño pequeño puede también morder si se siente frustrado o incapaz de enfrentar una situación. Hasta que aprenda a jugar cooperativamente, es posible que responda a las demandas de los demás niños pegándoles o mordiéndolos. Entre algunas de las pautas útiles para intentar erradicar este tipo de conducta se incluyen las siguientes:

    • Procure que los períodos de juego de su hijo no se prolonguen demasiado y que no juegue con muchos niños a la vez.

    • Supervise de cerca a los niños pequeños cuando juegan.

    • Si uno muerde a otro, diga: "No, no muerdas. Morder duele." y aleje inmediatamente a su hijo de la situación. Permanezca con él y ayúdelo a tranquilizarse. También resulta beneficioso intentar alternativas que podrían resultar más efectivas para manejar la situación y que su hijo aprenda a controlar sus emociones.

  • impotencia
    Es posible que un niño muerda cuando necesita sentirse fuerte. Por ejemplo, el niño más pequeño de la familia puede a menudo llegar a morder a alguien sólo para ganar poder. Para intentar evitar este tipo de conducta, haga lo siguiente:

    • Asegúrese de que su hijo se sienta protegido y que los demás no lo molesten constantemente.

    • Explíqueles la situación a los niños mayores y busque su ayuda para equilibrar las condiciones.

    • Si el niño muerde, dígale que no debe hacerlo y aléjelo inmediatamente de la situación. Permanezca con él y ayúdelo a tranquilizarse. También resulta beneficioso intentar alternativas que podrían resultar más efectivas para manejar la situación y que su hijo aprenda a controlar sus emociones.

  • estrés
    Un niño puede morder si siente un gran estrés emocional. Tenga siempre en cuenta que el hecho de que el niño muerda a alguien puede llegar a tratarse de un signo de sufrimiento o dolor cuando se siente disgustado o enojado. Si esto sucede, haga lo siguiente:

    • Intente averiguar qué es lo que perturba al niño. Observe lo que ocurre justo antes de que muerda a alguien.

    • Ayúdelo a descubrir formas alternativas de expresar sus sentimientos. Asegúrese de que entienda que morder no es correcto y aléjelo inmediatamente de la situación.

Si su hijo muerde, responda con firmeza pero con calma. Asegúrese de que entienda que usted desaprueba esa conducta y aléjelo de la situación. También ayúdelo a descubrir nuevos formas de relacionarse con su entorno. Si advierte que morder se ha convertido en un hábito para su hijo, consulte al médico del niño o a un profesional del cuidado de la salud acerca del problema.

¿Qué debo hacer si mi hijo muerde a los demás?

Si bien cada niño es diferente, a continuación se enumeran algunas recomendaciones que podrían resultar útiles para controlar a un niño que muerde:
  • Manténgase firme. Dígale que usted no aceptará que muerda a otras personas y explíquele sus razones. Dígale también que morder lastima a los demás.

  • Sugiérale alguna forma de conducta alternativa en vez de morder. Si muerde porque está enojado, dígale que recurra a usted y le cuente qué le molesta. Un niño menor de 18 meses de vida quizás necesite un juguete que pueda morder.

  • Si descubre al niño mordiendo a alguien, use un "no" firme para contenerlo o intente detenerlo antes de que muerda.

  • Si su niño muerde, póngalo en penitencia, quítele un juguete favorito o suspéndale alguna actividad que disfrute.

  • No muerda a su hijo porque él mordió a otra persona. Si lo hace, el niño probablemente crea que morder es aceptable. Tampoco muerda a su hijo jugando, ya que esto puede inducirlo a morder a otros.

  • Elógielo cuando no muerde
FUENTE
http://www.healthsystem.virginia.edu/uvahealth/peds_growth_sp/biting.cfm

COMO TRATAR LOS COMPORTAMIENTOS DE MORDER EN NIÑOS PEQUEÑOS



¿Por qué muerden los niños pequeños?

La literatura sugiere que la fase de morder puede ser una del desarrollo normal para bebés y niños de hasta dos años de edad, sin casi ninguna importancia duradera en el desarrollo. Una vez que cumple un niño los 3 años, sin embargo, el morder podría indicar otros problemas de comportamiento, especialmente si son frecuentes los incidentes de morder. Ya que la mayoría de incidentes de morder se debe a la etapa del desarrollo del niño, los peritos recalcan que el morder no es motivo de echarle la culpa al niño, a los padres o a los maestros (Greenman y Stonehouse, 1994).

Los bebés

Para los bebés, los teóricos del desarrollo sugieren que el morder probablemente constituye una forma de exploración-los bebés usan la boca para explorar porque es una de las partes más desarrolladas de su cuerpo. Cuando los bebés muerden, también podría ser una forma primitiva de comunicarse; probablemente el bebé no se da cuenta del lazo entre el morder y el dolor ajeno (Claffey, Kucharski y Gratz, 1994; Marlowe, 1999; Oesterreich, 1995). Los bebés también actúan por impulso y carecen de autodominio; algunos bebés tal vez muerdan simplemente porque hay algo allí que pueden morder; otros muerden cuanto están emocionados o reciben demasiado estímulo (por ej., la música estimula al bebé, quien entonces muerde a alguien porque está tan alegre y emocionado) (Greenman y Stonehouse, 1994). De ahí que la literatura concluya que los bebés muerden porque quieren oler y tocar objetos, experimentar con la causa y el efecto, o aliviarse el dolor de dentición (la Asociación Nacional de la Educación de Niños Pequeños, o National Association for the Education of Young Children [NAEYC, 1996] sugiere ofrecer a los bebés que pasan por la dentición los juguetes de masticar, roscas de pan congeladas y otros objetos seguros-véase http://www.kidsource.com/kidsource/content3/biters.p.t.4.html).

Niños de uno a tres años de edad

Oesterreich (1995) y otros teóricos creen que, como en el caso de los bebés, el morder en los niños entre los 12 y los 36 meses de edad representa una forma de comunicación (por ej., para comunicar la frustración mientras aprenden habilidades sociales, lingüísticas y de autodominio). Oesterreich también postula que los niños de esta edad raramente hacen planes de antemano, sino que más bien perciben y actúan basado en lo que experimentan al momento. Los niños de hasta tres años de edad, mantiene Oesterreich, no disponen del lenguaje necesario para controlar una situación, o sus intentos de comunicarse no se entienden o no se respetan. El morder llega a ser un modo poderoso de comunicarse con y controlar a otros y el ambiente. El morder demuestra la autonomía y es una manera rápida de obtener un juguete o llamar la atención (Oesterreich, 1995). Muchos niños de esta edad demuestran gamas extremas de emociones, tanto alegres como tristes, y les hacen falta las maneras de clasificar y comunicar estas emociones. Demasiados desafíos (de actividades demasiado difíciles), exigencias, deseos y obstáculos pueden enojar y frustrar a estos niños y tal vez resulten en que muerden. Muchos niños de esta edad todavía no entienden cómo compartir las cosas o que el contacto físico puede causar dolor, y necesitan aprender otras maneras de comunicarse aparte de morder (Claffey, Kucharski y Gratz, 1994).

Los cuidadores de niños han señalado que los niños de hasta tres años de edad quizás muerden también cuando experimentan un evento que les causa estrés, una falta de rutina que les agita particularmente, o interacción inadecuada con adultos. Según indican Claffey, Kucharski y Gratz (1994), los niños de esta edad tal vez son más propensos a morder si hace más de 5 minutos que no interactúan con adultos. Otros niños tal vez muerden como estrategia de auto-defensa, o tal vez simplemente imitan a otros niños que muerden (Marlowe, 1999; NAEYC, 1996).

Niños de edad preescolar

Si de ocurrencia infrecuente o rara, los niños de edad preescolar tal vez muerden por algunos de los mismos motivos que tienen los bebés y niños de hasta tres años de edad-para controlar una situación, para llamar la atención, como estrategia de auto-defensa, o por extrema frustración o enojo. No obstante, el que un niño muerde frecuentemente después de cumplir los 3 años podría indicar otros problemas de comportamiento, ya que para esa edad muchos niños tienen las habilidades de comunicación necesarias para expresar sus necesidades sin morder. Kranowitz (1992) especula que el morder también puede ser ocasionado por una disfunción de integración sensoria en una cantidad menor de niños pequeños. Ella sugiere que un examen del desarrollo para niños de edad preescolar tal vez sea útil para identificar a los niños con disfunción táctil. (Estos niños pueden responder negativamente a sensaciones de toque, poniéndose ansiosos, hostiles o agresivos. Pueden responder de manera exagerada o insuficiente al toque, o reaccionar negativamente cuando otros están cerca. Los toques ligeros desde atrás les podrían ser particularmente agitantes, resultando, en algunas situaciones, en que muerden.)


FUENTE
http://ceep.crc.uiuc.edu/poptopics/biting-sp.html

Pegar y Morder: 16 Maneras de Parar



Las manos y los dientes en crecimiento con frecuencia se meten en problemas. Los niños pequeños, muerden y pegan sin pensar en las consecuencias. Los mordiscos y golpes, hacen daño y deben corregirse, antes de que hagan daño a las personas o las relaciones.

1. Entienda por qué los niños muerden y pegan

No se lo tome como algo personal. Los bebés muerden las manos, los pechos que les alimentan,… Todo lo que los bebés hacen se resuelve alrededor de su boca o sus manos. Las manos y los dientes son las primeras herramientas sociales, y aprenden a usarlas con las respuestas que obtienen. Tan pronto como los dientes erupcionan y agitan las manos, los bebés experimentan y usan estos instrumentos sobre diferentes objetos, para ver qué se siente. ¿Y que hay más disponible y más familiar que la piel de los padres?. El trabajo de los bebés es usar estas herramientas. El de usted, enseñarle cómo.

Estos pequeños mordiscos y golpes iniciales, tan malos como parecen, son comunicación llena de juego, no comportamiento irrespetuoso ni agresivo. Los golpes y mordiscos agresivos son más comunes entre los 18 meses y los dos años y medio, cuando el niño carece de lenguaje verbal para comunicar sus necesidades. En su lugar se comunica mediante acciones.
El morder, habitualmente para a medida que crecen las habilidades de comunicación, pero el pegar no.

2. Entender por qué los niños pequeños pegan y muerden

Lo que en un niño pequeño son simplemente gestos socialmente incorrectos, pueden, si no se revisa, convertirse en comportamientos agresivos en los niños. Por esta razón quiere eliminarlo del repertorio del bebé, antes de que forme parte del niño en crecimiento. Los niños se vuelven agresivos para liberar enfados, para controlar la situación, para demostrar poder o para proteger sus pertenencias en una batalla por los juguetes. Algunos llegan al mal comportamiento en un intento desesperado para llegar a unos padres distantes. La mayor parte de los comportamientos agresivos en la primera infancia disminuyen en el momento en que el niño puede comunicarse con palabras en lugar de con acciones.

3. Considere la fuente

¿Qué dispara un comportamiento agresivo? Mantenga un registro diario -o al menos notas mentales- que identifiquen la
correlación entre los actos del niño y las circunstancias que lo favorecen. Por ejemplo, Kate mordió a Suzie mientras jugaban en grupo. Suzie tenía su pelota favorita. Era casi la hora de la siesta, había montones de niños en un sitio pequeño y Suzie es muy mandona.

4. El niño que hace daño a uno de los padres

La bofetada en la cara es un comportamiento socialmente incorrecto con el que muchos niños experimentan. Reconduzca al “abofeteador” a un comportamiento socialmente aceptable. Por ejemplo, ”choca esos cinco”. Igualmente, reconduzca el morder. “No se muerde, hace daño a mamá”, poniendo cara triste y después reconduzca, “abraza a mamá, eso si me gusta”, poniendo cara contenta.

Una vez que el abofetear se ha convertido en una expresión de frustración -por ejemplo, se enfada porque no le dan una chuche- use las consecuencias naturales. Firme pero calmadamente dígale, “no se pega” y póngale en el suelo. Seguirá estando enfadado por la chuche. Verbalícelo por él, explique con palabras por qué está enfadado. No permita que su hijo lo utilice como saco de boxeo. Dele el mensaje de que no permitirá que le haga daño. Si usted no permite que su hijo le haga daño cuando es muy joven, será menos probable que se lo haga a otros en el futuro, y que permita que se lo hagan a él. Le está enseñando a decir no a las agresiones. Por ejemplo, levantando una mano para evitar el golpe, pero no devolviéndolo.

5. Niños pequeños que pegan a bebés

Si su hijo de un año y medio golpea con su martillo de juguete en la cabeza de bebés, retire todos los objetos con que pueda pegar. Enséñele y dígale que no pegue y ofrézcale un gesto alternativo. “Sé cariñoso, acaricia al bebé”, mientras guía su
mano.

6. No devuelva el mordisco

Usted puede razonar, “el niño necesita aprender que los mordiscos duelen”. Sí, pero no hay manera de que su
hijo decida no morder si usted le muerde para demostrarlo. Utilice una método alternativo al “diente por diente”. Lleve a su hijo aparte y dígale, “déjame que te enseñe el daño que hacen los dientes” y presione su antebrazo contra sus dientes superiores como si estuviera mordiéndose a si mismo, no de forma vengativa, sino como un padre mostrando algo. “¿Ves
como morder duele?”. Dé esta lección inmediatamente después del mordisco. Usted quiere que su hijo aprenda a ser sensible con los sentimientos de los demás. Una lección temprana es la empatía.

7. Modelos de pegar

Kate pega a Thomas. La madre de Kate, avergonzada e irritada, rápidamente se acerca y pega a Kate en el brazo diciendo,
“no se pega”. Ahora ¿Está usted tan confundido como Kate? ¿Le ha empujado la vergüenza o el enfado a hacer algo ilógico? A todos nos ha pasado. Así que planifique su estrategia con tiempo. ¿Qué hará cuando su hijo pegue a alguien?

8. Niños que hacen daño a otros niños

Usted se da cuenta de que un niño pega a otro para obtener un juguete. Muéstrele y dígale una forma alternativa de obtener el juguete. ”No pegamos a otras personas. Si quieres el juguete, espera a que tu amigo termine o pregúntale a mamá y yo pondré un tiempo para compartir. Cuando yo quiero algo de ti no te pego para conseguirlo, te lo pido amablemente”. Si el que pega no colabora, pídale a la víctima que diga que no jugará con él hasta que pida perdón y deje de pegar. También puede decirle, “¿cómo te sentirías si te pegara a ti?”

9. Tiempo fuera para el agresor

“Morder hace daño, y es malo hacer daño. Ahora te vas a sentar a mi lado”. Habitualmente, los niños de dos años
pueden establecer la conexión entre ser agresivos y las consecuencias. Anime a su hijo a decir “lo siento”. Si ya no está enfadado, puede que quiera dar un beso o un abrazo.

10. Sea un modelo de no-agresión

Un niño que convive con la agresión será agresivo. ¿Cómo expresa usted el enfado, maneja conflictos, y
obtiene sus objetivos? La agresión es contagiosa. Los niños pequeños también copian los comportamientos agresivos de hermanos mayores. Haga de esto una experiencia educativa. Hábleles a los mayores de que son un ejemplo. Por su propio beneficio y el de los pequeños, dígales que “limpien” sus actos.

Arrancar cosas de las manos es un comportamiento agresivo propio de niños pequeños -tenga cuidado de no ejemplificar esto sin querer, quitándoles las cosa de las manos-. De forma tranquila explíquele por qué no puede tener la cosa que ha cogido y pídale que devuelva el objeto al niño o que se lo de a usted. Puede que tenga que ofrecer algún otro objeto a cambio. Si su hijo está a punto de romper algo valioso o hacerse daño, use una voz firme y muéstrele con el lenguaje corporal que espera que lo deje inmediatamente.

Evite situaciones que sacan lo peor de los niños. En un cumpleaños, a una madre se le ocurrió organizar una búsqueda para los chicos, por toda la casa, y además ofreció un premio para el ganador. La casa y los niños terminaron hechos una ruína.

12. Suavice

Observe al niño pequeño que habitualmente tira juguetes y muñecos y los golpea. Mientras que parte de este comportamiento es normal, si es frecuente puede significar una alerta roja de tensión y enfado. El niño corre el riesgo de tratar a las personas de esa manera. Además de investigar la raiz del problema, favorezca un juego más tranquilo, “abraza al osito”, “quiere a la muñeca”.

13. Recompense

Los niños de más de tres años responden bien a las recompensas. Cree un panel de puntos por no pegar. “Cada día que no
pegues dibujaré una cara sonriente, y cuando tenga tres, iremos a comer juntos”.

14. Programe autocontrol

Algunos niños impulsivos pueden pegar antes de pensar. Para los niños de más de tres años, ayúdele a controlar esos impulsos, sugiriendo comportamientos sustitutivos a los que el chico pueda recurrir cuando a su mente viene la palabra “pegar”. ”Tan pronto como sientas que quieres pegar, golpea una almohada o da una vuelta al patio”. Usted también puede ser modelo de autocontrol. La próxima vez que piense en pegar a su hijo, hágaselo saber. Sujete su propia mano y diga “no mano, no debes pegar”, delante del niño.

15. Aplique doble disciplina

Cuando pegar se vuelve irrespetuoso y mina su autoridad, merece una doble dosis de corrección: de mamá y
de papá. Thomas, de cuatro años, se enfadó y pegó a su madre. Inmediatamente ella lo sentó, le miró fíjamente a los ojos y le dijo seriamente que bajo ninguna circunstancia debía pegar a sus padres, que ese comportamiento es intolerable y sería firmemente corregido, y le envió a su habitación. Después de este tiempo de exclusión, hablaron sobre su enfado. Más tarde, compartió el asunto con su marido que habló con Thomas. Reforzó la seriedad de la cuestión y le dijo que no le permitiría pegar a la mujer que él quería. Este padre inteligente, consiguió más provecho de su disciplina, haciendo saber sus sentimientos hacia su esposa.

16. Supervise

No es bueno, ni seguro, dejar jugar sin supervisión a un niño agresivo con víctimas potenciales, sin padres a la vista. Si su
hijo es agresivo, comparta su preocupación con los otros padres y profesores, y busque su colaboración para temperar el comportamiento agresivo de su hijo. No dude en comentar la situación, sin duda ellos también habrán pasado etapas de agresividad. De otra forma las agresiones pueden destruir una amistad. Los profesores y cuidadores también deben estar alerta, para que esta actitud no afecte a todo el grupo. En el establecimiento de un grupo los niños aprenden lo que es socialmente aecptable. Si la atención está en el niño que muerde, o si perciben que morder es un comportamiento aceptable, pueden adjundicarse esta etiqueta y que forme parte de su repertorio. Si bien, el comportamiento de un agresor debe ser atendido inmediatamente, no dé la imagen de que ésta es la única manera de obtener atención. Asegúrese de encontrar la forma de premiar a los niños por su buen comportamiento.

Artículo del Dr. Sears, padre del Attachment Parenting, traducido por
Sole, doctora en medicina, del foro de Dormir sin llorar.

Fuente: www.dormirsinllorar.com
Artículo original del Dr. W. Sears Traduccido por Sole, Doctora en Medicina


POR QUE LOS NIÑOS MUERDEN




Morder es una conducta que algunos niños en edades comprendidas de 1 a 3 años presentan. Existen diferentes razones de porque lo hacen, pero en cualquier caso es necesario enseñarles desde el primer momento las consecuencias que acarrea el morder.

Para poder comprender este problema debemos entender porqué los niños muerden.

Los bebés emplean su boca para explorar, aprender y también para relacionarse. Es una de las partes de su cuerpo que se encuentran más desarrollada. En ocasiones con la dentición necesitan calmar sus encías con lo cual muchas veces muerden porque carecen de autodominio y actúan impulsivamente.

En el caso de niños de 1 a 3 años las razones son diferentes. A esta edad comienzan a socializar, a relacionarse con sus coetáneos, pero aún no poseen un lenguaje ni tienen las habilidades suficientes para comunicarse. Morder es una manera de conseguir un juguete o llamar la atención. También lo hacen cuando están nerviosos o se sienten frustrados: ante situaciones nuevas, la llegada de un hermanito, el ingreso al jardín de infancia… Otros niños sencillamente muerden por imitación.

viernes, 6 de marzo de 2009

FOTOS AMBIENTES EDUCATIVOS CON DIVERSOS MATERIALES













FOTOS AMBIENTES EDUCATIVOS NIVELES MEDIO MENOR






FOTOS AMBIENTES EDUCATIVOS SALA CUNA

Ambientación paredes

Con objetos significativos para los niños y niñas, con texturas

Ambientación zona de descanso

Sala de muda

Para dejar a la vista de todos, los antecedentes importantes del nivel, como planificación, dato de los niños y niñas son puestos con pinzas para la ropa adornadas con figuras en goma eva

lunes, 2 de marzo de 2009

10 principales razones por las que los niños deben jugar

Razones por las que deben jugar los niños

Te presentamos 10 principales razones por las que los niños deben jugar:

  1. Anima su curiosidad y fomemta su nivel de atención
  2. Permite tener un conocimiento tanto físico como social de ellos mismos.
  3. Favorece su autoestima, el autocontrol y su escala de valores.
  4. Invita a aprender y practicar habilidades sociales importantes como compartir, negociar y cooperar.
  5. Facilita la comprensión del funcionamiento de las cosas, de las relaciones interopersonales y les permite probar roles nuevos.
  6. Incrementa el nivel de percepción, la fuerza muscular, el movimiento y la coordinación.
  7. Les ayuda perfeccionar el lenguaje y la comunicación social.
  8. Permite integrar destrezas físicas, sociales, cognitivas y del lenguaje.
  9. Estimula la facultad de pensar y de resolver problemas.
  10. Desarrollan más y mejor la creatividad y la imaginación.

JUEGOS PARA SALA CUNA


2 a 16 meses


Vivito y coleando
Imagínate que el osito o la muñeca favorita de tu hijito es real: haz que camine, que se vaya a dormir y que salte de un lado a otro del cuarto. Inclúyela en las actividades diarias, siéntala en la mesa para merendar, por ejemplo y ponle un babero para que coma. Hablar de lo que estás haciendo le ayudará a tu hijo o hija a comprender el lenguaje. Actúa de forma alegre a veces y otras con tristeza, para que pueda aprender acerca de los sentimientos y emociones, así como a desarrollar su imaginación.

Yo jalo y tú empujas
Si tu bebé se está parando en sus pies e intentando caminar, ayúdale a practicar con un juego de jalar y empujar. Usa un objeto que pueda moverse con facilidad como una silla de plástico del tamaño de un niño o una caja de plástico para juguetes llena de juguetes blandos. Mientras se sujeta a los bordes para obtener apoyo, puedes sostener el otro lado y mantenerlo estable. Luego estira despacio de la caja hacia tu lado para animarle a que dé un paso adelante. Pronto comenzará a empujar mientras tú jalas con suavidad. Esto hará que aumente su confianza para cuando comience a caminar él solo.

Dar palmadas
Probablemente tu hijo podrá mantener ya sus manos abiertas, pero puede que todavía pase un tiempo hasta que dé palmadas él solo. Por ahora, dalas con él, o déjale que sujete tus manos mientras tú las das. Siéntate en el piso, frente a él, mirándolo y canta canciones en las que se den palmadas, como "Palmas palmitas, que viene papá, tócalas pronto, ¡que en casa está ya!". Esto alentará sus habilidades con el lenguaje así como su coordinación entre manos y ojos.

¿Quién se esconde aquí?
De la misma forma en que le gustaba jugar a "No está, sí que está" cuando era un bebé (cuando escondías tu cara entre las manos y luego se la enseñabas), a tu hijito le gusta ahora jugar al escondite. Por la mañana pueden tomar turnos para esconderse bajo las sábanas de la cama; a la hora del baño, usa una gran toalla para esconderte bajo ella. Para más diversión puedes ir tocando su cuerpo oculto bajo la sábana y preguntando "¿esto es una pierna?, ¿esto es un brazo?". Los juegos como este ayudan a tu hijo a entender que, sólo porque no vea algo, no quiere decir que no esté ahí. Para variar, cuando esté enrollado en una toalla y con la cabecita cubierta, llévalo a otro cuarto. Cuando le quites la toalla estará encantado de ver que ha cambiado de lugar.

16 a 20 meses


Jugar a servir el té
En un día soleado, lleva un juego de té de plástico fuera y llena un cuenco grande con agua. Imagina que has ido "a tomar el té" y anima a tu hijito a que llene la tetera para servirlo. Este divertido juego desafiará las habilidades de coordinación de tu hijo y le ayudará a entender las propiedades del agua; por ejemplo que siempre fluye hacia abajo y no hacia arriba.

Patrones de ladrillos
Esto requiere un poco de concentración y se juega mejor cuando tu hijo está más descansado. Usa sus bloques de construir para hacer patrones simples, como tres en fila o dos arriba y dos abajo para crear un cuadrado. Anímale a usar otros bloques para que pueda copiar tu patrón. Después dile que él haga otro patrón y tú lo copias. Clasificar objetos según sus formas estimula la capacidad de tu hijo para resolver problemas.

Pásamela rodando
Las pelotas son juguetes muy populares entre los niños de un año. Las pelotas que rebotan son ideales para el jardín, pero las pelotas blandas de espuma son muy buenos juguetes para dentro de la casa. El mejor juego de pelota para esta edad es esta fácil versión de "atrápala". Siéntense en el piso frente a frente, con las piernas abiertas y tocándose los dedos de los pies. Ahora pueden pasarse la pelota rodando sin que salga por fuera de sus piernas. Este juego sirve para trabajar los músculos de los brazos y la coordinación entre ojo y mano.

Joven coleccionista
Da un paseo con tu hijo y llévate un cubo contigo. Puedes coleccionar pequeñas cosas que le interesen a tu hijo como piedras, hojas y piñas. Tu hijito querrá llevar el cubo, pero no te sorprendas si tira todo el contenido y quiere empezar de nuevo. A los niños de esta edad les encanta llenar recipientes... ¡para volver a vaciarlos de nuevo! Mientras tanto, estará practicando sus movimientos de la mano y desarrollando destreza manual.

20 a 24 meses


¡Vamos a bailar!
Pon algunos minutos de varias piezas de música que vayan bien como acompañamiento de determinadas acciones, por ejemplo, algo con un ritmo fuerte y sonoro para que tu hijo pueda caminar como un elefante o muy silencioso para que se imagine que esté pasando por al lado de un león durmiendo y no debe despertarlo. Desfilar como soldados al ritmo de la música es también muy divertido y suficientemente fácil para que la mayoría de los niños pequeños lo puedan hacer. Estos juegos ampliarán su imaginación y desarrollarán su sentido del ritmo.

Diversión con las pelotas
Los globos son algo fantástico para divertirse. Se mueven lo suficientemente despacio como para poder seguirlos y son relativamente fáciles de atrapar. Puedes inflar uno (ver esto es la mitad de la diversión) y lanzarlo al aire. Cuenta lo que tarda en caer al piso o deja que tu hijo lo atrape. Es un buen juego para desarrollar la capacidad de contar y la coordinación entre ojo y manos.

¿Qué es lo que oyes?
Toma una gran toalla o una manta, sácala al jardín y recuéstate en ella con tu hijo. Dile que cierre los ojos y que escuche atentamente. Después de un minuto o así pregúntale qué es lo que puede oír y dile lo que tú has escuchado: el aire en los árboles, el canto de un pájaro, el ruido de un auto al pasar. Es una buena forma de ayudarlo a desarrollar su capacidad de escuchar.

Atrápame si puedes
A los niños les encanta que les persigan y a los padres les suele encantar perseguir a sus niños pequeños. El objetivo de este juego es ser atrapado, especialmente si tu hijo sabe que recibirá un gran abrazo y un beso cada vez que consigas atraparlo. Para variar el juego, pretende que eres diferentes tipos de animales: un león que ruge o un ratoncito. Cuando tu hijo te atrape, déjale que se divierta. Es un gran juego para quemar la energía de tu bebé, ¡y la tuya también!

JUEGO Y EDUCACIÓN



El juego en los niños y niñas es una parte importante para estimular aprendizajes, pero que difícil se nos hace actualmente jugar, reírnos, bailar, actuar, tirarnos al suelo e imaginar que somos gatos, perros, la magia se ha perdido o ha quedado guardada en algún rinconcito de nuestro corazón. Uno de mis objetivos durante este año será recuperar este valioso e importante recurso de aprendizaje.

Comenzaremos con imformación teórica y luego compartiremos y ampliaremos nuestro conocimiento con nuevos juegos.


Los niños juegan porque es divertido, pero el juego también es clave para su aprendizaje y desarrollo. El juego les ayuda a aprender nuevas destrezas, comunicarse, obtener confianza, relacionarse con otras personas y descubrir cosas sobre ellos mismos y el mundo. Todos los niños y las niñas necesitan las mismas oportunidades para jugar e interactuar con los miembros de la familia y amigos. Una de las cosas más importantes que los adultos y niños mayores pueden hacer es escuchar y responder a los niños pequeños. Cuando hacemos esto bien, los niños aprenden que lo que ellos dicen y hacen es importante. Esto les permite sentirse bien consigo mismo y les da la confianza para intentar cosas nuevas.

Cada niño es diferente y se desarrolla a un ritmo distinto. Los bebés que no han comido lo suficiente o han estado enfermos necesitan ayuda adicional. No deben excluirse a los niños con discapacidades. Puede que ellos necesiten apoyo y ánimo adicional para superar sus dificultades para moverse o escuchar o ver. Puede que ellos no hagan todas las cosas que los demás bebés y niños pequeños hacen a una edad similar pero aprenderán a hacer muchas cosas si se les ofrece el apoyo y la estimulación adecuadas.


Juegos para los bebés

Desde su nacimiento, los bebés deben ser estimulados y debe dárseles respuesta. Esto puede lograrse por medio del juego, compartiendo actividades y hablando, riendo y cantando juntos. Si un bebé hace un sonido o gesto, los niños mayores pueden repetirlo para el bebé. De esta manera es que los bebés aprenden a comunicarse. Las relaciones cálidas y amorosas son vitales para el desarrollo físico, social y emocional de un niño. Abrazar, mimar, sonreír y hablarle al bebé le ayuda a crecer y sentirse seguro. A continuación algunas sugerencias para juegos que los cuidadores o niños mayores pueden utilizar para jugar con bebés de hasta aproximadamente dos años de edad.

  • Amarre o cuelgue objetos como cucharas cerca de donde esté acostado el bebé de manera que pueda alcanzarlos con las manos y sostenerlos.
  • Diga el nombre del bebé o aplauda de manera que el bebé mire para ver de dónde proviene el sonido. Cántele, meza y muevalo al ritmo de una canción.
  • Cargue al bebé y mencione los nombres de objetos. A pesar de que al principio el bebé no responda a este tipo de estímulo, es importante continuar hablándole y cantándole.
  • Tan pronto como el bebé empieza a entender y usar el lenguaje le gusta jugar juegos usando palabras: ‘¿Dónde está mi nariz?’ o ‘Busquemos la taza’.
  • Dele al bebé objetos suaves y anímelo a devolvérselos y a pasarlos de una mano a la otra. Debe asegurarse de que los objetos sean lo suficientemente grandes para evitar que el bebé se atragante.
  • Realice juegos con los dedos de las manos y de los pies del bebé.
  • Anímelo a aplaudir con las manos y a decir ‘adiós’ con las manos.
  • Hágale una pelota suave para tirar.
  • Dele dos objetos y tome usted otros dos objetos. Golpee un objeto contra el otro y vea si el bebé puede imitarlo.
  • Dele una caja y cosas de distintos tamaños para meter y sacar de la caja.
  • Esconda algo debajo de una taza o de un pedazo de tela mientras el bebé observa y vea si puede encontrarlo.
  • Haga una muñeca con tela vieja, rellena con pedazos de tela o materiales plásticos para empacar, hierbas secas o papel. Asegúrese de coserla cuidadosamente. Cuéntele al niño historias sobre la muñeca.
  • Dibuje en la arena o en el lodo con un palito o un dedo y observe si el bebé puede imitarlo.
  • Muéstrele al bebé un animal o la imagen de un animal, haga el sonido que hace ese animal y anímelo a repetir los sonidos.
  • Anímelo a comer por sí solo.

A medida que el bebé crece, realice juegos que le animen a gatear, pararse y caminar. Construya un juguete sobre ruedas que un niño que empieza a caminar pueda halar o empujar mientras camina. Puede construir un juguete para rodar con una lata redonda y alambre de una percha. Puede enhebrar carretes de hilo o carretes de película viejos rellenos con cosas que suenen para que el niño los arrastre. Las botellas plásticas o las latas de refrescos también ruedan bien. Debe asegurarse de que no tengan superficies puntiagudas. Si el bebé no puede moverse sin ayuda debido a una discapacidad, dos niños pueden ayudarlo a gatear con una tira de tela alrededor de su cintura y usándola para hacer que el bebé se sostenga sobre sus manos y rodillas. Otro niño puede animarlo a gatear tendiéndole un juguete o una fruta. Recuerde demostrarle al bebé que usted se siente complacido al ver que él intenta hacer y decir cosas nuevas. Elógielo con palabras y sonriendo, dándole palmaditas o abrazándol

Juegos para niños pequeños

Agua, arena y lodo
Los niños juegan durante horas con agua y arena, especialmente si tienen algunos materiales como botellas plásticas, latas o calabazas de diferentes tamaños, para hacer el juego más interesante. Pueden hacerse agujeros en estos recipientes. Un bambú delgado, tallos de bananos o juncos huecos sirven para elaborar buenas flautas. Éstos pueden utilizarse con jabón y agua para soplar y hacer burbujas. Las latas, vainas de semillas y pedazos de madera pueden usarse como botes. Los niños pueden experimentar para observar qué cosas flotan y qué cosas se hunden.

Cómo utilizar los sentidos Pueden realizarse juegos con pedazos de tela, caracoles o piedras colocadas dentro de una bolsa para que los niños pequeños los identifiquen al tocarlos. Debe asegurarse de que no sean demasiado pequeños, puntiagudos o venenosos sino que estén limpios y sean interesantes a la vista y al tacto. Pueden envolverse en papel que tenga orificios pequeños, pedazos de jabón, cebolla, flores o cualquier otra cosa que tenga un olor fuerte. Los niños pueden adivinar lo que es por el olor. Pueden colocarse otras cosas en latas para ser identificadas por el sonido que hacen cuando se mueve la lata. Esto puede ser divertido para los niños que tengan dificultad para ver.

Juegos de imitación A los niños les encanta fingir que son la mamá, el papá o el profesor. Los adultos o los niños mayores pueden suplirles materiales para hacer estos juegos más interesantes, como cosas para construir una casa, preparar alimentos, hacer muñecas, jugar a la tienda o al supermercado y utilizar ropas para disfrazarse. Los niños solamente necesitan un poco de ayuda para disfrazarse. Pueden utilizarse papel, hojas, palitos y pedazos de tela para hacer sombreros, vestidos y otras ropas para este fin. Pueden fabricarse casas de juguete con arcilla o cajas de cartón. Pueden hacerse personas de paja o arcilla. Se les puede poner ropa. Si las piezas pueden moverse serán más divertidas para jugar.

Dibujo y pintura A la mayoría de los niños les gusta dibujar y pintar. Pueden utilizarse pedazos de papel sueltos, cartón y periódicos para pintar y dibujar. Puede elaborarse pegamento con harina y un poco de agua. Los niños mayores pueden hacer un libro de una caja vieja o de pedazos de cartón, utilizando sus propias imágenes, fotos familiares o imágenes recortadas, y animar a los niños más pequeños a nombrar lo que ven.

Hablar y escuchar Escuchar a los niños es una de las cosas más importantes que podemos hacer para ayudar su desarrollo. Los niños mayores pueden recolectar historias, canciones y adivinanzas para los niños más pequeños. A menudo los abuelos conocen buenas historias. Busque oportunidades para animar a los niños más pequeños a hablar por ellos mismos. Los niños más pequeños aumentarán su confianza si son escuchados y sus ideas son valoradas. Es importante tratar de responder a sus muchas preguntas.

Juego activo Los niños pequeños necesitan estar muy activos. Les gusta correr y jugar juegos de persecución. Los niños mayores pueden ayudarlos a correr y saltar, tirar y aparar, saltar sobre un pie, trepar y deslizarse. Cuando los niños más pequeños puedan tirar un poco, los niños mayores pueden hacer o buscar cosas que pueden usarse como tiro al blanco. Ellos pueden aprender a tirar cosas dentro de una caja o derribar una lata o un palo. Los árboles caídos y las lomas empinadas son buenos lugares donde los niños mayores pueden trepar y deslizarse. Pueden hacerse columpios simples con soga y llantas viejas, que también sirven para rodar y trepar. Un niño con dificultades para moverse disfrutará la experiencia de estar en un columpio o en una hamaca. Puede ayudarse a los niños a hacer una carreta con ruedas para asegurar que los niños que no pueden caminar debido a una discapacidad puedan explorar con otros niños.


 

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